¡Recuerda siempre tu objetivo en todo momento! Cuando se trata de hacer cosas, lo más importante es qué problema estás intentando resolver y cuál es el núcleo de ese problema. Cada momento de trabajo debe girar en torno a abordar ese problema central. Cuando las personas están ocupadas, es fácil que sus mentes pierdan el enfoque, especialmente cuando hay mucho trabajo. Asegúrate de recordarte periódicamente si tu pensamiento se ha desviado o ha sido distraído por asuntos sin importancia. El mismo principio se aplica a cosas más grandes, como los objetivos principales de la vida o los logros por etapas. Debes pausar periódicamente, reflexionar sobre el problema central que estás resolviendo y corregir cualquier desviación inmediatamente. Estos últimos días, he notado que me he enfrascado demasiado en detalles menores, lo que desperdicia tiempo. A veces, buscar la perfección no es algo bueno. Cuando trabajas, lo más importante es siempre una sola cosa: enfocarte en la prioridad central, y las demás cosas pueden esperar.